Grito nocturno (Analizado en nuestro blog) le valió a Borja González el reconocimiento como el laureado del Premio Nacional de Cómic de este año. Sin embargo, detrás del brillo de la victoria, hay inquietudes sobre la diversidad en el ámbito de los cómics.
Borja González, oriundo de Badajoz, no es nuevo en el mundo del cómic. Con obras maestras bajo su cinturón, como «La reina orquídea» y «The Black Holes», González ha dejado huella con su estilo inconfundible que mezcla la nostalgia de las décadas de los 80 y 90 con temas contemporáneos. Sus historias, con una combinación de lo arquitectónico y lo natural, con colores vivos y la decisión audaz de omitir las caras de sus personajes, han sido elogiadas por su profundidad emocional.

La premiada Grito nocturno nos presenta a Teresa, una librería obsesionada con lo oculto, que realiza un ritual para invocar a Laura, un espíritu otaku. A través de referencias culturales que van desde Sailor Moon hasta el cine de terror, González nos ofrece una historia repleta de emoción y conflicto.

«Grito Nocturno» se une a «The Black Holes» y «El Pájaro y la Serpiente» para completar una serie tripartita. La última entrega, que concluye el conjunto de Borja, será lanzada este mes gracias a Reservoir Books.
Sin embargo, detrás de la euforia del reconocimiento, hay una preocupación creciente por la falta de diversidad en el ámbito de los cómics. Aunque el jurado de este año fue equilibrado en términos de género, solo tres mujeres han sido premiadas en los 17 años desde que se estableció la categoría de cómic en 2007.
González, al recibir su premio, fue rápido en señalar las desigualdades del sector. A pesar de recibir un premio dotado con 30.000 euros, él es consciente de que los problemas del mundo del cómic van más allá de un solo premio o reconocimiento. Para él, es esencial abordar las raíces del problema, que incluyen la desigualdad de género y el machismo sistémico.
González señala que, a pesar de la creciente visibilidad de autoras como María Medem y su obra Por culpa de una flor, la industria necesita un cambio de mentalidad profundo. Su llamado es claro: es esencial centrarse en la calidad y el talento, independientemente del género, para garantizar que el mundo del cómic refleje verdaderamente la diversidad de voces que lo conforman.
En conclusión, mientras celebramos el éxito de Borja González y su obra Grito nocturno, es fundamental reconocer y abordar los problemas estructurales que enfrenta el mundo del cómic en términos de diversidad e inclusión. Solo así podremos disfrutar de un espectro completo de historias y voces en este medio artístico.