Detalles de la Publicación
El mosaico del arte contemporáneo acoge una pieza intrigante y desconcertante: «Lo que más me gusta son los monstruos», una epopeya gráfica que desdibuja las fronteras entre realidad y fantasía. Este libro, un viaje singular a través de los ojos de una niña-lobo de diez años, lleva la firma de la autora y artista estadounidense Emil Ferris.
La obra se presenta en un formato rústico con solapas, extendiéndose a lo largo de 416 páginas en color. Su coste de adquisición, 34,90€, es una pequeña inversión para el tesoro literario y visual que ofrece en cada una de sus páginas.
La edición en español viene de la mano de Reservoir Books, una editorial que desde 2018 se ha encargado de introducir este rincón oscuro y alucinante del cómic americano a los lectores hispanohablantes. Su edición original, «My favorite thing is monsters 1», fue publicada por Fantagraphics, una editorial estadounidense famosa por su catálogo de obras atrevidas y vanguardistas.
Dentro de la impresionante diversidad que presenta el mundo del cómic, esta obra resalta con una historia tan profunda y oscura como la tinta con la que está dibujada.
«Explorando la Profundidad y la Complejidad de la Novela Gráfica de Emil Ferris»
DETALLES DEL CÓMIC
Título original: My Favorite Thing Is Monsters
Editorial: Fantagraphics Books (EE.UU.), Reservoir Books (España)
Autor: Emil Ferris
Dibujante: Emil Ferris
Fecha de publicación: 2018
Género: Novela gráfica, Misterio, Drama
Páginas: 416
Reseñas y Premios
«Lo que más me gusta son los monstruos» es una obra que ha sabido conquistar el reconocimiento y la admiración de la crítica y el público. Su trascendencia en el mundo del cómic es evidente, no solo por haber aparecido en 136 listas de los mejores cómics de 2017 en Estados Unidos, sino también por los numerosos galardones que ha logrado cosechar.
Esta creación de Ferris ha sido honrada con tres premios Eisner, considerados como los «Óscar del cómic«, y dos Ignatz, que destacan por premiar obras independientes e innovadoras. Pero ahí no se detienen los elogios; también ha recibido un premio Guinigi, reconocimiento italiano al cómic, un ACBD Gran Prix francés, el premio Carlos Giménez, el premio de los Libreros de Madrid, y el premio del Cómic Aragonés.
Además, en 2019 fue laureada con el premio al mejor Cómic Internacional en el Salón Internacional del Cómic de Barcelona. Y para culminar, fue nominada a los premios Hugo, galardones de prestigio en el campo de la ciencia ficción y la fantasía.
La aclamada obra de Emil Ferris no solo ha cautivado a los lectores y a la crítica, sino que también ha recibido elogios de algunos de los más respetados nombres en el campo del cómic. Grandes referentes como Art Spiegelman, creador de «Maus«, Alison Bechdel, autora de «Fun Home«, y Chris Ware, autor de «Jimmy Corrigan«, han alabado «Lo que más me gusta son los monstruos«.
Este entusiasmo compartido por autores de renombre solo añade más peso al impacto cultural y artístico de la obra de Ferris, confirmando su indiscutible calidad y su lugar en el panteón de las grandes obras del cómic contemporáneo.
Autora: Emil Ferris
Un Camino Largo y Recompensado
La, Emil Ferris, tuvo un recorrido artístico vasto y diversificado antes de dar vida a esta obra maestra del cómic. A lo largo de su trayectoria profesional, Ferris demostró un inmenso talento como ilustradora, dedicándose a su arte con fervor y constancia.

Sin embargo, no fue hasta los 55 años cuando decidió embarcarse en el desafiante camino de la narrativa gráfica y publicó su primer cómic. Esta decisión, lejos de ser tardía, se demostró acertada. Su debut fue celebrado con entusiasmo por la crítica y los lectores, marcando el inicio de una exitosa carrera en el mundo del cómic.
Trazos de Vida en Cada Página
Más allá de su pericia artística, la obra de Ferris se caracteriza por una autenticidad y una profundidad emocional únicas, reflejo de sus vivencias personales. No es un secreto que la autora ha sabido plasmar en sus historias retazos de su experiencia de vida, a menudo dramática y siempre enriquecedora.
En 2002, Ferris contrajo el virus del Nilo, una enfermedad que la dejó paralizada del cuello hacia abajo. A través de un arduo proceso de rehabilitación, logró recuperar el uso de su mano derecha y las piernas, un testimonio de su inquebrantable determinación.
Esta experiencia personal profundamente transformadora no solo forjó su espíritu resiliente, sino que también dejó una intensa marca en su arte. En «Lo que más me gusta son los monstruos«, la complejidad de los personajes y la riqueza de las emociones parecen extraídas de la paleta de vivencias de la autora, haciendo de la obra una auténtica manifestación de su vida y su fortaleza.
Estilo y Técnica de Dibujo
«Lo que más me gusta son los monstruos» es una explosión de creatividad visual. Ferris ha sabido dar vida a un universo estético que combina, con gran maestría, diversas corrientes y técnicas artísticas. Los lectores se encontrarán inmersos en un crisol donde convergen los cómics de EC, con su distintiva esencia de misterio y terror, y la audacia de los cómics underground de los años 70, conocidos por su desafío a las convenciones y por su compromiso con la experimentación.
En términos de técnica, Ferris ha decidido apostar por lo simple y efectivo
Sus dibujos están realizados con bolígrafos Bic, una elección que podría parecer modesta, pero que, en sus manos, logra un efecto sorprendente. La textura y las líneas de sus dibujos aportan un carácter tangible y visceral a la obra, haciendo que cada página sea un lienzo lleno de vida y de detalles.
Uno de los aspectos más notables de la obra es la habilidad de Ferris para alternar entre estilos, adaptándose al ritmo de la narración y a la voz del narrador. Esta capacidad de cambio de registro hace que cada viñeta, cada página, sea una nueva sorpresa para el lector.
Ferris se atreve a jugar con su arte, a desafiar las expectativas y a mantener a los lectores en constante anticipación. Este enfoque versátil y dinámico enriquece aún más la experiencia de la obra, ya que no solo se narra una historia, sino que se construye un universo estético complejo y fascinante.
Protagonista: Karen Reyes
En el corazón de «Lo que más me gusta son los monstruos» encontramos a Karen Reyes, una niña de 10 años que cautiva con su personalidad única. Karen no es una niña ordinaria. Padece escoliosis y lucha con dificultades motoras, circunstancias que moldean su identidad y su visión del mundo.
A pesar de su corta edad, Karen tiene pasiones y obsesiones muy definidas. Enamorada de los monstruos de la Universal y de los cómics de EC, ella vive sumergida en un mundo de fantasía que se entreteje con su realidad. Estos intereses son más que pasatiempos para Karen; se convierten en una lente a través de la cual interpreta y se relaciona con el mundo que la rodea.
Karen es más que la protagonista de esta historia, ella es la voz narrativa que nos guía a través del laberinto del cómic. Su auto-percepción como un pequeño monstruo resulta ser un espejo revelador de la naturaleza humana y de cómo lidiar con las complejidades de la vida.
A lo largo de la historia, vemos a Karen madurar, crecer y evolucionar. Como cualquier niña de su edad, lucha con sus miedos, confusión y preguntas sobre la vida. Pero su innata curiosidad y su valentía la llevan a enfrentar situaciones extraordinarias. A través de su voz, vivimos su historia personal, que no sólo nos sumerge en su mundo interior, sino que nos permite entender y apreciar las múltiples capas de esta obra maestra.
Temas y Trama
Los temas que tejen la historia
En el entramado de «Lo que más me gusta son los monstruos» encontramos una rica tapestería de temas que alimentan la trama y proporcionan una profundidad excepcional a la historia. Un hilo conductor en la obra es el concepto de la «autobiografía elástica«, que juega con los límites entre la ficción y la realidad, permitiendo la exploración de recuerdos, vivencias y emociones con una flexibilidad narrativa que cautiva.
Las vidas cotidianas de los personajes y sus relaciones tejen dramas familiares llenos de conflictos, anhelos y reconciliaciones. Se abordan temas espinosos como el bullying, el ser diferente y el racismo, que, aunque difíciles, se manejan con una autenticidad y una sensibilidad que nos hacen reflexionar y comprender las experiencias y sentimientos de los personajes.
El misterio que impulsa la historia
El motor de la trama es el misterio que rodea la muerte de Anka Silverberg, la vecina de Karen y superviviente del Holocausto. Este enigma atrapa a Karen y la lleva a embarcarse en una búsqueda incansable para descubrir al asesino de Anka.
Esta búsqueda aporta una capa de suspense y tensión a la historia, manteniendo a los lectores en vilo. Además, a través de esta investigación, Karen no sólo descubre verdades incómodas y secretos oscuros, sino que también aprende sobre la resistencia del espíritu humano, la naturaleza del bien y del mal, y su propia capacidad para enfrentar a los monstruos, tanto reales como imaginarios.
Contexto Histórico
«Lo que más me gusta son los monstruos» se desarrolla en el rico y detallado paisaje de los barrios más humildes de Chicago en la década de 1960. El libro captura el pulso de la ciudad durante esta época tumultuosa, marcada por tensiones raciales, desigualdades socioeconómicas y cambios culturales. La prosa de Ferris describe vívidamente la textura de las calles de Chicago, las personas que las habitan y el ambiente que se respira. Este retrato íntimo y detallado de Chicago añade una capa adicional de profundidad y realismo a la historia.
A lo largo de la historia, el pasado de Anka Silverberg emerge, pintando un retrato desgarrador de la vida de una niña judía prostituida en la Alemania de la República de Weimar y su lucha por sobrevivir en medio del horror del Holocausto. Este vínculo con uno de los capítulos más oscuros de la historia humana proporciona una perspectiva impactante y humana de los terribles efectos del conflicto. La narración de Anka refleja una realidad brutal y desgarradora, pero también habla de la resistencia y la supervivencia en circunstancias extremas.
Personajes Secundarios
Deeze Reyes, el hermano mayor de Karen, es una figura fascinante en «Lo que más me gusta son los monstruos». Es un personaje complejo y multifacético, descrito como un gualtrapas con un talento excepcional para el arte. Deeze juega un papel crucial en la vida de Karen, introduciéndola en el mundo del arte y alimentando su amor por los monstruos. A pesar de sus fallos y defectos, Deeze es una figura que Karen respeta y admira, y su influencia se refleja en su enfoque creativo y artístico para enfrentar y entender el mundo.
Anka Silverberg, la vecina de Karen, es un personaje enigmático y central en la trama de la historia. Superviviente del Holocausto, su misteriosa muerte es el catalizador de la investigación de Karen. Anka es una mujer marcada por las cicatrices de su pasado, tanto físicas como emocionales, y su historia se despliega a lo largo del libro, ofreciendo una visión desgarradora de la supervivencia en la Alemania de la República de Weimar. Aunque su presencia en la vida de Karen es efímera, deja una impresión duradera y juega un papel fundamental en el crecimiento y desarrollo de Karen.
Narrativa y Composición Visual
«Lo que más me gusta son los monstruos» se distingue por su intrigante estructura narrativa. El formato del diario gráfico de Karen proporciona una perspectiva íntima y personal de su mundo. El cuaderno de dibujo es un portal a la mente de Karen, permitiendo a los lectores experimentar sus pensamientos y sentimientos más profundos a través de sus ilustraciones y comentarios.
La obra de Emil Ferris fusiona estilos en su presentación visual, combinando el arte clásico con los paneles típicos de los cómics. La inclusión de imitaciones de obras de arte famosas en el diario de Karen resalta su aprecio por el arte y añade una dimensión extra de complejidad visual a la obra.
La obra de Ferris rompe barreras en términos de innovación visual. Cada página está llena de detalles y texturas que captan la atención del lector, invitando a una inspección más profunda para apreciar la riqueza del arte. Las páginas no se limitan a un diseño estándar de viñetas, en cambio, Ferris utiliza la página completa para crear una serie de imágenes detalladas y expresivas que evocan una sensación de inmersión en la historia.
El uso audaz y experimental del espacio en la página lleva la narración visual a un nuevo nivel, creando un mundo visualmente rico y emocionalmente evocador. Este enfoque innovador y creativo a la composición visual en «Lo que más me gusta son los monstruos» subraya el talento de Ferris como artista y su capacidad para crear un cómic verdaderamente excepcional.
Influencias Culturales en la Obra
Cine y Literatura de Terror
La obra está empapada de referencias al cine y la literatura de terror, reflejando la obsesión de la protagonista, Karen, con estas formas de entretenimiento. La influencia de estas formas de arte es palpable en la personalidad de Karen y en su percepción de sí misma y del mundo que la rodea.
El concepto de «monstruo«, un elemento clave en la obra, va más allá de la simple fascinación de Karen por las criaturas de la pantalla y la página. Se convierte en un hilo conductor que atraviesa la narrativa, resaltando temas de alteridad, identidad y el bien y el mal.
Comics
Las influencias de la cultura del cómic también son evidentes en la obra. Ferris mezcla estilos y técnicas de diferentes eras del cómic, creando una amalgama visual única que distingue su obra. Desde la inspiración en los cómics de EC hasta los dibujos underground de los años 70, estas influencias ayudan a formar el estilo distintivo de «Lo que más me gusta son los monstruos«.
Ferris utiliza el medio del cómic para explorar temas serios y profundos. A través de las viñetas y las palabras de Karen, Ferris aborda cuestiones de raza, identidad, aceptación y la dura realidad de ser diferente. La obra demuestra el poder del cómic como medio para contar historias impactantes y emotivas, trascendiendo la percepción tradicional de los cómics como mera literatura ligera.
Reflexión Final: Una Mirada al Monstruo Dentro
Cuando volteas la última página de «Lo que más me gusta son los monstruos«, te encuentras con una revelación inquietante y profunda, una que sacude los cimientos de tu entendimiento sobre la obra y su mensaje. Es la realización de que Karen, en su tenacidad infantil, en su valiente aceptación de lo monstruoso, en su amor por los seres marginados, nos ha mostrado un espejo. El reflejo que vemos es el nuestro, un colectivo de monstruosidad latente, un entramado de identidades construidas a partir de las imperfecciones y anomalías que la sociedad teme, evita y, en última instancia, rechaza.
Y, sin embargo, lo que más te sorprende es cómo este espejo, en lugar de ser un recordatorio de miedo y desesperación, se convierte en un faro de esperanza. Porque Karen, en su sabiduría infantil, ha abrazado su monstruosidad. Ella no se esconde de ella, no la reprime, sino que la celebra, la lleva como una medalla de honor. Su cuaderno de dibujo, lleno de monstruos y miedos, es un testamento de su lucha y, en última instancia, de su aceptación de sí misma.
Esta revelación rompe barreras. Te obliga a cuestionar tus preconcepciones sobre lo que significa ser ‘diferente‘, a enfrentar tus propios miedos, y a aceptar a tu propio ‘monstruo’ interno. «Lo que más me gusta son los monstruos» es un llamado a la aceptación de uno mismo, un tributo a todos los ‘monstruos‘ que viven dentro de nosotros. Te obliga a preguntarte: ¿Es realmente tan malo ser un monstruo? Y, sorprendentemente, te encuentras murmurando una respuesta: No, no lo es. No, cuando ser un monstruo significa ser valiente, ser honesto, y sobre todo, ser auténticamente uno mismo.
¡Qué maravilla gráfica…!.
Este cómic te va a dejar sin aliento. Es sin lugar a dudas una de las experiencias más originales y satisfactorias artísticamente hablando que puedes degustar, y literariamente tampoco se queda atrás ni mucho menos… Es uno de las obras que más me ha impactado en los aprox. 40 años que llevo como lector… No tengo palabras para describirlo y nada de lo que diga le hará justicia hasta que lo tengas entre tus manos y lo descubras por tí mismo. Desde luego si hay algo que esté más cerca de la perfección es esta obra, una de las mejores obras del noveno arte.