Introducción
Un viaje a través de la brumosa y enigmática localidad de Archer’s Peak se convirtió en mi entrada al lúgubre y fascinante mundo de «Hay algo matando niños«, una obra maestra del cómic de terror. El último paseo en la tienda de cómics local – un pequeño rincón mágico de papel, color y tinta – fue el principio. El título fue un gancho irresistible, un enigma que prometía suspense y oscuridad. La portada, con su paleta de colores ominosa y personajes intrigantes, insistía en ser explorada.
«Hay algo matando niños» es una serie de cómics escrita por James Tynion IV, con arte de Werther Dell’edera y color de Miquel Muerto, publicada por BOOM! Studios en 2019 Planeta Cómics en 2021. La historia, ambientada en la tranquila ciudad de Archer’s Peak, gira en torno a la misteriosa desaparición de niños y la llegada de una enigmática salvadora, Erica Slaughter. Con suerte, su presencia resultará en más respuestas que preguntas.
James Tynion IV, conocido por su trabajo en «The Woods» y «Batman«, ganó tres premios Eisner por su trabajo. También ha sido nominado nueve veces para el premio GLAAD Media Award for Outstanding Comic Book , la mayor cantidad de nominaciones de cualquier escritor, ganando una vez en 2016; con una capacidad para tejer historias atractivas y provocativas. Werther Dell’edera, por otro lado, es un ilustrador italiano de gran talento que ha trabajado en una variedad de cómics, incluyendo «Briggs Land«. Miquel Muerto, un colorista español, completa el equipo con su elección de paleta única, que añade profundidad y ambiente a la serie.
Con esta revisión, mi intención es ofrecerte una mirada profunda a «Hay algo matando niños«, desglosando sus elementos y discutiendo por qué se ha convertido en una pieza de narrativa gráfica que captura la imaginación de los lectores. Invitaré a mis lectores a explorar este intrigante universo, descubrir sus personajes y sumergirse en sus misterios. A través de este análisis, espero iluminar las esquinas sombrías de Archer’s Peak, y quizás, juntos, podremos enfrentarnos a lo que está matando a los niños. Pero, por favor, traigan su motosierra.
«El horror y la esperanza se entrelazan en este inquietante cómic de terror.»
DETALLES DEL CÓMIC
Título original: Something is Killing The Children
Editorial: BOOM! Studios (2919). Planeta cómics (2021)
Autor: James Tynion IV
Dibujante: Werther Dell’edera
Color: Miquel Muerto
Fecha de primera publicación: 2019
Género: Terror
Páginas: 152 (en la edición de tapa dura de la recopilación de los primeros 5 números)
Contexto
«Hay algo matando niños» emergió en un momento interesante en la industria de los cómics, particularmente para BOOM! Studios. Publicada por primera vez en septiembre de 2019, la serie llegó en un punto de inflexión para la editorial, que había comenzado a adentrarse más en la narrativa de terror, después de haber sido conocida principalmente por sus series de fantasía y ciencia ficción.
Este cómic es producto de una colaboración transnacional, con una mezcla de talento procedente de los Estados Unidos, Italia y España
Su lanzamiento se produjo en un período en que las historias de terror estaban ganando terreno, tanto en los cómics como en otras formas de medios, lo que ayudó a impulsar el interés y la aceptación del público.
James Tynion IV, antes de su trabajo en «Hay algo matando niños», ya había dejado un importante recuerdo en el mundo del cómic, particularmente con su trabajo en «The Woods» y «Batman«. Su habilidad para crear mundos ricos en detalles y personajes intrigantes, junto con su talento para el suspense y el drama, ha contribuido en gran medida a su éxito. Su habilidad para equilibrar lo cotidiano con lo fantástico se refleja claramente en esta serie, donde una pequeña ciudad americana se convierte en el escenario de horrores inimaginables.
Werther Dell’edera, por otro lado, trae su estética distintiva a la serie, con sus figuras expresivas y su habilidad para invocar la tensión y la intriga a través de la disposición de los paneles y la composición de las imágenes. Su trabajo anterior en «Briggs Land», una serie que también se ocupa de temas oscuros y complejos, ha ayudado a preparar el camino para su trabajo en «Hay algo matando niños».
Por último, pero no menos importante, Miquel Muerto aporta su habilidad para el color, creando un ambiente que oscila entre lo mundano y lo terrorífico. Su uso de tonos apagados, mezclados con destellos de colores más brillantes en momentos de intensidad, añade una dimensión adicional a la narrativa, realzando tanto el horror como la esperanza que se entrelazan en la historia.
La obra es un producto de su tiempo y de la intersección de talentos de sus creadores. Enmarcado en un panorama de terror emergente y empujado por la visión única de sus creadores, el cómic destaca como una obra distintiva que toma lo familiar y lo retuerce en algo inquietantemente aterrador y fascinante a la vez.
Análisis de la trama
«Hay algo matando niños» se desarrolla en Archer’s Peak, una ciudad pequeña y aparentemente tranquila que se ve sacudida por la desaparición repentina y misteriosa de sus niños. La historia gira en torno a estos oscuros eventos y a la llegada de una enigmática extranjera, Erica Slaughter, que parece entender lo que está ocurriendo. Erica, armada con su astucia y una motosierra, está decidida a enfrentarse a la amenaza que asecha a los niños.
El desarrollo de la trama combina elementos del género de terror con el drama de la vida cotidiana. A medida que la historia avanza, vemos cómo la tensión crece, no solo a través de los horrores sobrenaturales que están ocurriendo, sino también a través de las reacciones de la comunidad ante estos sucesos. Los niños desaparecidos y la ansiedad y el miedo que esto provoca en la población son tan cruciales para la trama como el horror directo que se enfrenta Erica.
En la serie, se exploran varios temas clave, entre los que destacan la pérdida de la inocencia, el miedo a lo desconocido y la lucha entre el bien y el mal
Estos temas son explorados a través de una combinación de elementos sobrenaturales y dilemas humanos reales, lo que hace que la historia sea a la vez inquietante y profundamente humana.
La relación entre el título y el desarrollo de la historia es particularmente interesante. «Hay algo matando niños» es a la vez una declaración directa de la premisa central de la historia y una provocación que invita a los lectores a descubrir exactamente qué es lo que está ocurriendo. A medida que la historia se desarrolla, vemos que la amenaza titular es mucho más que un monstruo literal: es el miedo, el secretismo, la incertidumbre y la desesperación que consume a la comunidad. En este sentido, el título se convierte en un eco constante de los terrores tanto explícitos como subyacentes que la serie presenta.
Los personajes
Erica Slaughter es el personaje central de la historia, una enigmática figura que llega a Archer’s Peak con la aparente misión de combatir el horror desconocido que está acabando con la vida de los niños. Erica es retratada como una cazadora de monstruos con un pasado misterioso, alguien que ha visto y experimentado horrores inimaginables. Su personaje se va revelando lentamente a lo largo de la serie, y esta evolución es un elemento esencial de la trama.
James, es uno de los niños de Archer’s Peak y el único que ha sobrevivido a un encuentro con el monstruo. Traumatizado y aislado por su experiencia, se convierte en un personaje crucial para la trama. A través de él, vemos los efectos a largo plazo de los horrores que están ocurriendo en la ciudad.
Los personajes secundarios incluyen a los residentes de Archer’s Peak, entre los que se encuentran los padres de los niños desaparecidos, los amigos de James y las autoridades locales. Cada uno de ellos juega un papel importante en la trama, contribuyendo a la creciente sensación de miedo y confusión
El desarrollo de los personajes a lo largo de la serie es un aspecto interesante de «Hay algo matando niños«. Tynion IV adopta un enfoque diferente al de muchos otros autores, optando por una «creación de personalidad» gradual en lugar de un cambio dramático en los personajes. En lugar de comenzar con personajes completamente formados que luego cambian y evolucionan a lo largo de la historia, los personajes del cómic comienzan como lienzos en blanco que se van llenando y definiendo a medida que la historia avanza.
Los personajes infantiles juegan un papel fundamental en la serie, no sólo como víctimas del horror desconocido, sino también como actores importantes en la trama. Su representación es realista y conmovedora, y su presencia añade una capa adicional de terror e intriga a la historia. El temor y la confusión que experimentan son representados de manera convincente, lo que hace que la amenaza que enfrentan sea aún más aterradora.
Estilo y género
La obra es una fusión magistral de varios géneros, aunque predomina el terror. La serie explora habilmente los recursos clásicos del género de terror, tales como el misterio en torno a lo que está sucediendo, la representación gráfica de actos de violencia y la construcción gradual de tensión y miedo. Se usa con efectividad la ambigüedad, permitiendo que el horror se insinúe a menudo en lugar de ser mostrado directamente, algo que solo aumenta la sensación de terror y desconcierto.
Aunque el terror es el género dominante en la obra, hay elementos claros de otros géneros intercalados en la trama
El drama, por ejemplo, juega un papel importante en la narración, especialmente en la representación de la vida cotidiana de la ciudad y las reacciones de los personajes a los horrores que están sucediendo. El cómic también incluye elementos de la fantasía, particularmente en la existencia de criaturas sobrenaturales y en la figura de Erica Slaughter, cuyas habilidades y conocimientos la distinguen claramente de los demás personajes.
El uso del espacio negativo en «Hay algo matando niños» es notable, tanto en términos de estética como de narración. Este espacio negativo no sólo añade a la atmósfera lúgubre y ominosa de la serie, sino que también juega un papel crucial en la construcción de tensión. Las viñetas a menudo presentan a los personajes en espacios abiertos, creando una sensación de vulnerabilidad y la posibilidad de peligro que viene de cualquier dirección. Este uso efectivo del espacio negativo se extiende también al ritmo de la historia, con momentos de silencio y calma que se utilizan para acentuar la sensación de terror.
El arte y la estética
El arte del cómic juega un papel fundamental en la construcción de su atmósfera inquietante y su narrativa aterradora. Werther Dell’edera, el artista de la serie, utiliza un estilo de dibujo que, aunque no es particularmente detallado, es increíblemente expresivo. Sus personajes son consistentemente emotivos, y su elección de los encuadres de las viñetas y el diseño de las páginas contribuyen significativamente a la tensión y el ritmo de la historia.
La estética de la serie se ve muy influenciada por el estilo de dibujo de Dell’edera, que es a la vez sobrio y eficaz. Los personajes se dibujan con líneas definidas pero no excesivamente detalladas, lo que permite que la emoción y la expresión se destaquen. Los fondos, aunque a menudo son minimalistas, están bien utilizados para enfocar la atención en los personajes y las acciones clave. El estilo de dibujo es esencial para la narrativa de la serie, ya que comunica eficazmente tanto el miedo y la tensión como los momentos de calma y reflexión.
El color en «Hay algo matando niños» es una parte integral de su estética y su narrativa
Miquel Muerto, el colorista de la serie, utiliza una paleta que mezcla tonos oscuros y sombríos con destellos de colores más vivos para momentos de intensidad emocional o acción. Este uso del color no sólo establece el tono de la serie, sino que también refuerza las emociones de las escenas y guía a los lectores a través de la historia. Los colores oscuros y apagados contribuyen a la atmósfera ominosa y aterradora, mientras que los destellos de colores más brillantes y vivos sirven para destacar los momentos de acción y las emociones intensas. En conjunto, el arte y la elección del color trabajan en armonía para crear una estética que es tanto visualmente cautivadora como narrativamente efectiva.
«Reflejos Siniestros: Una Reflexión sobre ‘Hay algo matando niños'»
Al final de este fascinante viaje a través de las calles sombrías y las viñetas desoladas de Archer’s Peak, me encuentro sumido en una reflexión profunda sobre la obra maestra de terror que es «Hay algo matando niños». Esta serie no es para los débiles de corazón ni para aquellos que buscan una lectura ligera y sin complicaciones. Su verdadero valor reside en su capacidad para desafiar, provocar y, en última instancia, asustar a sus lectores.
La obra se adentra en los oscuros abismos del miedo humano, tejiendo una historia que es tanto un horror literal como una exploración de los horrores emocionales y psicológicos. Los monstruos de esta serie no son meramente criaturas sobrenaturales, sino representaciones de nuestros miedos más profundos, nuestros secretos más oscuros y nuestras ansiedades más angustiantes. Y aunque puede ser tentador desviar la mirada, la verdadera belleza de esta serie reside en su valentía para enfrentar estos miedos de frente, incluso si el resultado es inquietante o incómodo.
El arte de «Hay algo matando niños«, con su uso efectivo de los colores y la composición de las viñetas, sirve para amplificar estas emociones, creando una experiencia de lectura que es verdaderamente inmersiva
El estilo artístico de Dell’edera y la elección del color de Muerto no sólo proporcionan una estética visualmente atractiva, sino que también mejoran la narrativa y aumentan la tensión y la emoción de la historia.
Sin embargo, debo advertir a los posibles lectores: «Hay algo matando niños» no es para todos. Su representación gráfica de la violencia y su exploración cruda de temas oscuros pueden ser difíciles de manejar para algunos. Pero para aquellos que están dispuestos a embarcarse en esta aventura, a enfrentarse a sus miedos y a sumergirse en las profundidades de este inquietante abismo, les espera una obra maestra del horror.
Este cómic es una oda al género del terror, un grito desafiante en la cara del miedo, y un recordatorio de que incluso en la oscuridad más profunda, siempre hay espacio para la esperanza, la valentía y la resistencia. Es una lectura obligada para los valientes, los curiosos y aquellos que buscan entender lo que significa enfrentarse a los monstruos, tanto los que acechan en las sombras como los que se esconden en nuestro interior.