Un Retrato de la Resiliencia tras la Tragedia
En el vasto universo del arte, cada trazo de un dibujo es un reflejo del alma del artista. En la obra de Corinne Rey, conocida profesionalmente como Coco, esa alma está bañada en una resiliencia insólita. Coco, que durante mucho tiempo ejerció su arte en las páginas del semanario satírico Charlie Hebdo, se encontró frente a un abismo de horror el 7 de enero de 2015. Ese día, la redacción del periódico fue atacada por terroristas, resultando en la muerte de 12 personas, entre ellas amigos y colegas de Coco.
No obstante, la tragedia, aunque profundamente lacerante, no hizo más que solidificar la convicción y la fortaleza de Coco. La pérdida, el terror y el desgarro, en vez de acallar su voz, la potenciaron en una dirección inédita. En medio del caos, el miedo y la incertidumbre, Coco tomó su lápiz y comenzó a dibujar, convirtiéndose así en una torre de resistencia.

El producto de esa resistencia es «Seguir Dibujando«, una novela gráfica que, con cada viñeta, evoca una lucha por mantener en alto la bandera de la vida y de la libre expresión. La obra de Coco es un homenaje a sus colegas, a Charlie Hebdo, pero también a sí misma y a su capacidad para transformar el miedo y el dolor en un arte que desafía al olvido y a la desesperanza. «Seguir Dibujando» es, en esencia, una afirmación de la supervivencia, del arte y de la inextinguible chispa de la humanidad incluso en los momentos más oscuros.
«Corinne Rey, (Coco), Transmuta su Tragedia en Arte»
DETALLES DEL CÓMIC
Título original: Seguir Dibujando
Editorial: Bang Ediciones
Autor: Corinne Rey (Coco)
Dibujante: Corinne Rey (Coco)
Fecha de publicación: 2022
Género: Novela Gráfica / Biografía
Páginas: 338
Contexto de la artista y la tragedia
Corinne Rey, quien firma sus trabajos como Coco, es una dibujante y humorista de renombre en Francia. Parte del equipo de caricaturistas de Charlie Hebdo, su talento brilla a través de su ingenio agudo y su estilo característico. Sin embargo, un hecho trágico en 2015 marcó un antes y un después en su vida y en su arte.

El 7 de enero de 2015, el mundo quedó en shock ante las noticias que venían de París. Charlie Hebdo, conocido por su humor irreverente y su feroz defensa de la libertad de expresión, se convirtió en el blanco de un atentado terrorista.
Dos extremistas armados con rifles Kalashnikov irrumpieron en las oficinas del semanario satírico
Obligaron a Coco a abrir la puerta de la redacción. Las balas que siguieron dejaron un saldo de 12 personas asesinadas, entre ellas, algunos de los más queridos amigos y colegas de Coco: Charb, Cabu, Wolinski y Tignous.
El impacto de este acontecimiento fue devastador, tanto para la comunidad de Charlie Hebdo como para Coco. La tragedia la dejó con cicatrices profundas, una sensación de culpa y un dolor inmenso. No obstante, esta adversidad no consiguió extinguir su espíritu de lucha, su deseo de vivir y, sobre todo, su pasión por seguir dibujando.
La tragedia cambió a Coco, pero no la definió. Se permitió sentir el dolor, pero no se dejó consumir por él. En cambio, eligió canalizar su trauma en algo que la ayudaría a curar y a mantener viva la memoria de sus colegas perdidos. Así nació ‘Seguir Dibujando’, un relato gráfico donde la artista desnuda su alma y nos muestra cómo, en medio del caos, encontró la fuerza para resistir. En sus páginas, Coco nos enseña que, aunque la vida puede ser cruel e injusta, siempre hay espacio para la esperanza y la resiliencia.
«Seguir Dibujando»: Una ventana al dolor y la esperanza
‘Seguir Dibujando‘ no es una obra convencional. Coco da un paso adelante al adentrarse en un territorio personal y doloroso, plasmando en papel la experiencia de la tragedia y sus consecuencias. Cada viñeta, cada trazo, es un testimonio de la lucha de la artista, de su resistencia y su determinación para superar el trauma y seguir adelante.
Coco no huye del dolor, lo pone al descubierto, ofreciéndonos una visión cruda de la realidad que vivió. Retrata con exactitud el miedo, el caos y el dolor, ese torrente de emociones que azotó su vida y la de sus compañeros en ese fatídico día. No obstante, también presenta las secuelas, el duelo, la culpa y, sobre todo, el esfuerzo para encontrar un camino hacia la recuperación.
Pese a que la obra se adentra en la oscuridad del dolor y el trauma, no es un libro que se sumerge en la desesperanza. Todo lo contrario. La obra de Coco resalta por su tono resiliente, por esa llama de esperanza que se mantiene ardiendo en cada página. Es un claro ejemplo de que, a pesar de la adversidad, la voluntad de continuar puede ser una fuerza potente.
El arte de Coco refleja esto a la perfección. En su narrativa gráfica, la humorista se representa a sí misma como una pequeña figura temblorosa, perdida en un mar de dolor y miedo representado por una gran ola azul, una clara referencia a la famosa obra de Hokusai, «La gran ola de Kanagawa«. Pero a pesar de la fuerza de la ola, Coco se mantiene firme. Es una lucha constante, un desafío continuo que Coco plantea con valentía y determinación.
No estamos sólo ante un relato de supervivencia, sino ante una declaración de resistencia, una afirmación de que, a pesar del terror y el dolor, la creatividad y la libertad de expresión no pueden ser silenciadas. Y en esa resistencia, en ese coraje para enfrentar el miedo y el trauma, Coco encuentra una fuente de esperanza. Una esperanza que la impulsa a seguir viviendo, a seguir luchando, y, sobre todo, a seguir dibujando.
El papel del arte en el manejo del trauma
Dibujando a través del dolor
El arte, en sus diversas formas, ha sido durante siglos una vía para procesar y entender nuestras emociones y experiencias más profundas. En ‘Seguir Dibujando‘, Coco hace uso de este canal emocional de una manera cruda y poderosa.
En su travesía de dolor y miedo, Coco encuentra en el dibujo un refugio, una herramienta con la que confrontar sus demonios internos. A través del trazo y el color, da forma a sus miedos, a su dolor y a su culpa, encarando con valentía las secuelas emocionales del atentado. En lugar de huir, se enfrenta a su realidad, la plasma en el papel y, de alguna manera, consigue domarla.
No obstante, este proceso no es un camino fácil. Coco retrata con honestidad su lucha interna, las oleadas de miedo y dolor que amenazan con arrastrarla. Pero al mismo tiempo, dibuja su resistencia, su voluntad de seguir en pie. El lápiz se convierte en una tabla de salvación, una forma de «construir un dique de contención», como la propia autora lo describe.
La fuerza del lenguaje gráfico
El arte gráfico ofrece una poderosa capacidad narrativa que Coco emplea con maestría. La combinación de texto e imagen permite a la autora evocar con mayor intensidad las emociones y las vivencias de ese fatídico día y de sus consecuencias.
En ‘Seguir Dibujando’, Coco juega con el contraste de colores, con el blanco y negro de la vida cotidiana y los vivos tonos del miedo, del dolor y de la esperanza. De esta forma, las imágenes no son simplemente un complemento al texto, sino que forman parte integral de la narración, transmitiendo en cada trazo y cada matiz de color la esencia de la experiencia de Coco.
En su lucha por enfrentar y superar el trauma, Coco demuestra el inmenso valor del arte como medio para la expresión emocional y la resiliencia. El dibujo se convierte en una forma de terapia, un método de confrontación y superación. Al final, es la determinación de Coco por seguir dibujando la que ilumina su camino hacia la esperanza y la recuperación.
Simbolismo y color en «Seguir Dibujando»
La metáfora azul
Una de las herramientas más potentes que utiliza Coco en ‘Seguir Dibujando‘ es el uso del color para transmitir emociones y estados de ánimo. En particular, el color azul se convierte en un potente símbolo en toda la obra.
Coco utiliza el azul para representar el miedo y la ansiedad que experimentó tras el atentado. Este color se manifiesta en la forma de olas, una metáfora visual que expresa la sensación abrumadora de ser arrastrada por las emociones y la lucha por mantenerse a flote. La referencia a la famosa estampa del pintor japonés Hokusai, ‘La gran ola de Kanagawa’, es evidente, y acentúa el poder y la amenaza que estas emociones pueden representar.
El contraste: blanco y negro vs colores
El contraste cromático es otro recurso narrativo esencial en el cómic. Coco juega con la tensión entre el blanco y negro, el color base de su vida cotidiana, y los otros colores que emergen en momentos clave.
El rojo, representativo de la muerte y el peligro, se introduce con contundencia en el escenario de la vida de Coco con el ataque terrorista. No obstante, también encontramos colores más cálidos y vivos que simbolizan la vida y la esperanza. El verde y otros colores de la naturaleza, por ejemplo, se usan para aludir a momentos de calma y renovación.
Este juego de contrastes añade una dimensión emocional adicional a la obra, y enriquece la narración visual de Coco. A través del uso hábil del color y el simbolismo, la autora logra contar su historia con una intensidad y profundidad que hacen de ‘Seguir Dibujando’ una obra tan conmovedora como resiliente.
Recuerdos de la redacción de Charlie Hebdo
El antes del horror
A través de las viñetas Coco nos ofrece una mirada íntima al entorno de la redacción de Charlie Hebdo justo antes del atentado. La artista recrea con detalle el ambiente de camaradería, alegría y libertad creativa que imperaba en el lugar. Sus dibujos reflejan la espontaneidad de las últimas conversaciones, los chistes compartidos, y el espíritu irreverente que definía a los integrantes del semanario satírico.
Coco, con su peculiar estilo humorístico, captura la esencia de un espacio lleno de vida y energía. Un espacio donde la crítica social y la sátira eran la orden del día. El recuerdo de estos momentos, llenos de normalidad y humanidad, contrasta con el horror que sobrevendría.
Un tributo a los perdidos
‘Seguir Dibujando‘ no solo es un testimonio de la superación personal de Coco, sino también un homenaje a los colegas y amigos que perdió en el atentado. Los dibujantes Charb, Cabu, Wolinski y Tignous, entre otros, cobran vida nuevamente en las páginas del libro a través de sus retratos.
Coco los recuerda con respeto y cariño, destacando su talento y su espíritu indomable. En especial, la figura de Cabu es recordada como un autor de gran talento y un ser humano de generosidad inmensa.
Con gran sensibilidad, Coco opta por presentar a los terroristas como dos sombras anónimas. En lugar de darles un rostro, prefirió desvanecer ese recuerdo en un respetuoso «fundido a negro», permitiendo que el lector se concentre en la memoria de sus colegas. Ellos, y no los terroristas, son los verdaderos protagonistas de ‘Seguir Dibujando’.
Esta forma de representar el doloroso suceso enfatiza que a pesar de la tragedia, la vida, la creatividad y la resistencia de sus amigos y compañeros perduran y se mantienen vivas en el recuerdo y en la obra de Coco.
La persistencia del trazo
La resiliencia, esa capacidad humana para afrontar adversidades y salir fortalecido de ellas, se encuentra encarnada en la figura de Coco y plasmada en las páginas de «Seguir Dibujando«. Sin embargo, es un tipo de resiliencia particular, una que fluye a través de las líneas de un lápiz y se hace visible en las tramas de un cómic.
Es más que una obra artística o un testimonio personal, es una proclama de resistencia. Con cada trazo, con cada línea, Coco lanza un desafío a la adversidad, una afirmación de la vida que persiste a pesar del miedo, la pérdida y el dolor. Es una invitación a no olvidar, pero también a seguir adelante, a encontrar la esperan
Ciertamente, esta novela gráfica no es el tipo de obra que uno se espera encontrar en la sección de cómics
No hay superhéroes ni villanos de cómic, sino personas reales, una tragedia real, emociones auténticas. Pero quizá ahí radica su mayor virtud. Coco ha logrado convertir el horror en una narración de resistencia, el miedo en una ola azul que, aunque amenazante, puede ser surfeada, domada.
Concluyamos este recorrido con una invitación no solo a leer «Seguir Dibujando«, sino a reflexionar sobre su mensaje. Porque cada página de este cómic, cada trazo y cada color, son un recordatorio de la fragilidad y al mismo tiempo la fortaleza de nuestra humanidad, de la capacidad del arte para reflejar, confrontar y trascender el dolor. La obra es un testimonio de la capacidad humana para reinventarse, resistir y, sobre todo, seguir adelante, incluso cuando todo parece perdido. Así como Coco lo hizo, así como sus trazos, nosotros también podemos seguir adelante. A fin de cuentas, todos tenemos nuestras propias formas de «seguir dibujando» frente a las adversidades de la vida.